…De
la mujer de seda
y
el amigo de miel…
Efraín
Huerta
Con una fe divina
te canté hacia mis adentros
te canté sin verte en realidad
con un ojo de niebla
y el otro en los labios de una bala mía
mágica y de amor.
Pero hoy que estoy tarde y abierto,
te miro desarmado
con la mirada del ciego
a las manos extendidas
con el temblor del niño
al cuerpo amable de calor…
¿Cómo paga la noche
la serena luz lunar?
¿Dónde cobra el agua
su bondad?
¿Es acerca de un pago
o una cuota?
Si hoy fuera la noche de mi muerte
me elevaría en pura voz
sin cuerpo
en viento libre
¡en voz!
y robaría
el último descuido
a mi silencio y mi cansancio
para cantar tu nombre
para cantar tu nombre.
Más casualmente hoy
es el día de mi vida
Imagina ¡Qué puedo hacer por ti!
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