Ese Cofre tenía grandes pinos
y
enanos de nieve,
un
aire puro y frío.
A veces
la
dueña de la pureza helada
lo
venía a acompañar
y
a maquillarlo
pero
el hombre subió.
Y
primero le cortaron
a
los árboles sus ramas
y
después vinieron
y
me cortaron el pelo a mí.
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