Te estas cortado el cabello
y me miras
mientras yo me encuentro
con la segunda imagen
de tus ojos
(porque en el espejo se ha quedado
la primera).
Yo me conformo alegre
que ¿a cuál hambriento
le dan comida y la rechaza?
La segunda imagen de tus ojos
es muy clara.
Me miras y piensas algo.
Te miro y pienso en mucho;
me digo diciéndote:
“No
sabes cuánto te quiero
ni
entenderás cada segundo
que
brindé para este sueño”.
Me sonríes y me haces un segundo gesto
con tu lengua roja y dulce.
Yo siento que soy entonces el espejo
que te está gozando enfrente
y bullen en mi cuerpo las partículas
que tu imagen forman beso a beso.
…Un viento te seca y me sonríes
y a la voz de un “hipnotízame” volteas
me doblo, me subyugo
y duerme mi cuerpo con la imagen viva
de tus ojos:
la
primera.
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