jueves, 8 de agosto de 2013

La casa y nadie


La casa y nadie
los árboles temblando en los espacios
y nadie
los cobija
y nadie
los consuela
la noche es burda y estremece
la ausencia mata y enloquece
la falta de alguien es terrible
el alma grita
y los cuerpos de rebelan.
La luna está encendida
el sol está apagado
creo que me estoy desangrando
creo que la muerte es mi amiga
o mi madre o mi hermana
o mi alma o lo es todo
o la nada o un color

Trato de no ser cursi
y decir cuánto la extraño
(pero lo siento; pues lo hago)
estas letras no me riman
ni me sacian
más bien me escudan
me desnudan
me hacen sueño
y aún la casa
y nadie.

Y aún mentimos
y engañamos
y eso es un abismo de las flores,
y ellas son tan tontas
que no saben
que el viento es dominado
que el mar lo guardo en mis oídos
que el cielo es un espacio de mis ojos
y los ríos son cabellos que me salen.

Cuando uno está muy solo
vale verle cara humana
al árbol o a un animal
al humo y a la inmensidad,
querer ser parte del pasto
o un gramo de las nubes
o mínimo un silencio
que no quede entre palabras
para saberse nada
que ya es algo.

La pobreza está en mis piernas
una sábana que adoro
(aunque a veces la reniegue)
sutil canción de labios
humo estremecido y recortado
el amor es una página
un campo sin sembrar
un cuerpo a descubrir
una cabeza rapada
y cada quien escribe y siembra
y descubre y pone los cabellos necesarios
y cada quien recoge lo que es justo
nada más
tan solo
lo que es justo.

Y escribiendo la aparezco
la desvelo
la renuevo
y mantengo vivo lo pasado
la sonrisa de la tierra
lo cansado de este cielo
las imágenes amadas
y me busco mil refugios
como ropas para el frío

Porque en la casa no hay nadie
porque la casa está sola
porque la casa
la casa
y

nadie.

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