La
casa y nadie
los
árboles temblando en los espacios
y
nadie
los
cobija
y
nadie
los
consuela
la
noche es burda y estremece
la
ausencia mata y enloquece
la
falta de alguien es terrible
el
alma grita
y
los cuerpos de rebelan.
La
luna está encendida
el
sol está apagado
creo
que me estoy desangrando
creo
que la muerte es mi amiga
o
mi madre o mi hermana
o
mi alma o lo es todo
o
la nada o un color
Trato
de no ser cursi
y decir cuánto la extraño
(pero
lo siento; pues lo hago)
estas
letras no me riman
ni
me sacian
más
bien me escudan
me
desnudan
me
hacen sueño
y
aún la casa
y
nadie.
Y
aún mentimos
y engañamos
y
eso es un abismo de las flores,
y
ellas son tan tontas
que
no saben
que
el viento es dominado
que
el mar lo guardo en mis oídos
que
el cielo es un espacio de mis ojos
y
los ríos son cabellos que me salen.
Cuando
uno está muy solo
vale
verle cara humana
al
árbol o a un animal
al
humo y a la inmensidad,
querer
ser parte del pasto
o
un gramo de las nubes
o
mínimo un silencio
que
no quede entre palabras
para
saberse nada
que
ya es algo.
La
pobreza está en mis piernas
una
sábana que adoro
(aunque
a veces la reniegue)
sutil
canción de labios
humo
estremecido y recortado
el
amor es una página
un
campo sin sembrar
un
cuerpo a descubrir
una
cabeza rapada
y
cada quien escribe y siembra
y
descubre y pone los cabellos necesarios
y
cada quien recoge lo que es justo
nada
más
tan
solo
lo
que es justo.
Y
escribiendo la aparezco
la
desvelo
la
renuevo
y
mantengo vivo lo pasado
la
sonrisa de la tierra
lo
cansado de este cielo
las
imágenes amadas
y
me busco mil refugios
como
ropas para el frío
Porque
en la casa no hay nadie
porque
la casa está sola
porque
la casa
la
casa
y
nadie.
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