Mira
que el pino oscuro cantando está
que
el pájaro tierno
encogido y quieto
calla mi alma
mi
espacio incierto
mi soledad
mira
que estoy buscando
a
través de los sonidos de campanas
sentado
deshaciéndome
inspirándome
en el aire
secándome
acurrucado
en
esto que describe mi desierto...
Tenemos que ser aves y no caernos
tenemos que ser humanos y así querernos
para subir con respeto las paredes
para gritar con toda hierba que vivimos
para cantar como la vida
¡aún estoy vivo!
Las
tejas coloreadas de humedad
están
alegres de saber que no hay palabras
exactas
para hacer saber
todo
lo que se está sintiendo
por
todo o que hoy yo me muero
si bastase con decirte:
canta y escribe
en cada diminuta,
y perfumada por desnuda,
flor de azahar
sabrías
lo que es hacerse
un té de lágrimas
sabrías
lo que es secarse
con las hojas del café
-porque no hay nada-
sabrías
lo que es amar mil cosas
pero a ninguna
regalarle entero el corazón.
Ríe mi niño
vive mi niño
porque
ya somos bastantes
los
que nos bañamos de tristeza
porque
ya somos bastantes
los
que parpadeamos al dolor
busca las letras y salte
busca la vida y sedúcela
hazle el amor bajo la tierra
(como los muertos que están vivos
o como aquellos que de muertos caen)
hazle el amor
en la punta de la montaña
allí donde se entienden las miradas
allí donde se entiende el porvenir
allí donde se sabe y se comprende
que todo lo terrestre acaba.
Hazle
el amor cuando estés solo
hazle
el amor cuando estés solo
acompañado,
entre
los vientos
entre
los hielos
entre
la escarcha
entre la nada
entre
los todos
cuando
viajes, cuando llores
cuando
duermas
cuando
seas algún sonido...
para
que sepas que dios te ama
para que sepas qué suerte tienes
para que sepas que el amor
no
solo se hace de los besos.
Déjame
que vierta en ti
todas
mis lágrimas, mis fiestas
mi
juventud, aún mi pasado
que
mi futuro
toma,
toma;
te lo regalo.
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