sábado, 17 de agosto de 2013

Niebla

                I

Hoy te escribo en este poema
convocando tu imagen de luz
amansando el tiempo para recordarte
presionando mi pecho
y sin hablar con el aire
te abrazo inmensa.

Eres como la niebla
nunca sé dónde terminas
nunca sé lo que me escondes
solo sé lo que me envuelves
solo sé lo que me miras
sin duda
eres como la niebla.

Ya he caído deslumbrado
ya he sido vencido por tu espada
  (y por tu espalda)
y todavía no acabo con el sueño de quererte.

Paso tantos paisajes y canciones
contigo sonriendo
             contigo mirando
contigo viviendo
             contigo y tu voz
contigo en silencio
             contigo y tu amor
Amor el que siento
¡Contigo mi amor!

            II

Vuelves lenta y gigante
agitando tus brazos blancos
mientras cae a gotas tu pureza
devorando a la montaña y al árbol
al río y al viento
a mí y a mis miedos.
Yo permito que me asumas así
        cristal hirviendo
y con mis ojos cerrados te dejo
que me robes hasta el último sonido
para que al final mi aliento
sea un espejo para ti
para que al final mi vida
sea un aliento para ti.

          III

Tiempo…

Me voy en un caballo volador
ardiente como el infierno
y amoroso como el cielo
extiendo la voz de mis sentidos
y me guardo al crepúsculo
pensando que sin duda

eres como la niebla.

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