Es tan solo esta aguda espada
que va matándome de a poco
dividiendo cada uno de mis miembros
cuantificando mi alma
desvelando mis ojos y mis manos
como si no tuviese bastante
con envolverme hasta saber que estoy
perdido
en el centro de su noche.
Es mucho más que mi cansancio
mucho más que sus caricias
que hacen más lacios mis cabellos
(porque muchas veces los derrite).
Es la espada que colecciona
desesperanzas
aquella que convoca a la tristeza
deprimiendo hasta la última sonrisa
hasta la última sonrisa que guardamos
por ejemplo
para
el amor imprevisto
(aunque de todos modos nunca lo
planeemos)
o para algún consuelo en la vergüenza
como cuando los niños descubiertos…
Y
le buscamos salidas, soluciones,
buenos “peros”, frases célebres
pedazos de luna, cantares de río
cuando de todos modos va a llover.
Yo por eso me refugio y me rebelo
me cobijo tras mi sol
sin cambiar mis pies heridos
(mejor
le ayudo a matarme
a dejarla que me coma
vivo).
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