La nostalgia es el peor de los momentos
porque sabes que tuviste
pero ya no tienes.
Y el espejo dice que estás
más seco que los labios de una
solterona
y pareces un esqueleto triste
(hasta los huesos).
Ya nada queda qué cuidar
cuando recuerdas
y no hay lugar al qué mirar
porque los ojos se han perdido
en el vientre de las ausencias.
Y movimiento en vano
con
caricias insolentes
es lo poco que guardamos
¿Dónde están las cosas?
¿Dónde estamos?
Esta noche con boca de vacío
y piel de hoja
nada sabe
ni sabemos
nada tiene
ni tenemos.
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