Tengo en las manos un papel
y en las bolsas unas llaves,
mi cartera sin dinero
y dos poemas inconclusos;
la garganta cerrada
absorbiendo saliva triste
nostalgia y desesperación.
Tengo ropa, ideas, piel,
un lugar al cual llegar
y se me hace que la luna
es descarada y subversiva.
Estoy parado y solo
¡Benditas las madres porque tienen
alguien en quien poner su amor!
¡Piedad para los hombres solos
como yo!
¡Piedad, Piedad, Piedad!
Por favor tengan piedad!
aunque sean rastros oscuros de ternura
que algún alma perdió por el descuido;
aunque sea la mentirosa paz del
equilibrio
por favor!
la castidad de una mirada perdida
tranquilidad en las ruinas de un abrazo
longitud en los caminos de un buen
viaje
distancia para no tragar dolor.
¡Que nadie me toque ni se me acerque!
Que nadie sepa por piedad
¡Que tengo todo menos
corazón!
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