Hoy estoy sentado.
Cigarro, café
y no espero a nadie.
Es día de calma y lluvia
y en las calles de repente
un carro rompe el silencio
que vuelve
como el agua de un estanque.
Hoy estoy sentado
y disfruto de estar solo,
se avecinan ideas claras
y largas
mi guitarra está a la mano
y falta poco para desnudarnos
me revuelvo suavemente para descubrir
que por estar viviendo
a veces he faltado a ser
un hombre responsable;
las cosas me suceden tan aprisa
y mi boca quiere probar tanto
que me pierdo y me conozco
paso a paso.
Creo que debo descansar
y abrir las puertas a los hechos:
ya no soy un niño
y a veces duele mucho crecer.
El café está caliente y bueno.
Cada día se aprenden cosas nuevas
y la vida solamente son momentos
especiales
como la voz de mi abuela cantando en la
cocina
las melodías que el abuelo le traía de
serenata
como la voz de mi abuela cantando en la
cocina
y extendiéndose a través de los tiempos
cada vez que yo me acuerde.
Así es;
la vida
sólo son momentos especiales.
El café se terminó.
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