sábado, 17 de agosto de 2013

Dormir el mal

El pacto fue nuestro beso.

El pacto que concedía un poco más
que la suave amistad
       Yo sé que no serás mía
       mientras seas de él
        yo sé que no seré tuyo
       mientras sigo pensando en ella.

Pero la sola posibilidad
el mero acercamiento de distancias
me derrite
ese breve tránsito franqueable
que hay de tu cuerpo al mío
me hace un poco más que feliz.

Yo sé
       cuando me miras
que conoces la pesadumbre
que le aprieta la garganta
a la pobre de mi alma.

Yo sé
       cuando te miro
que un rayo de luz
se escapa de tu labio
entrelazando y anidándose
en el mío.

Yo sé que tú sabes
tú sabes que yo sé
y pienso que no hay mal
y pienso que no hay bien.

Sin embargo
te pienso lejos – qué mal-
te pienso cerca – qué bien-.

No comprendo que haya almas
nacidas para juntarse
(tan cerca como te siento
en este escrito de nostalgia)
y nunca logren completarse.

No puedo asumir el paro
de esta sangre abandonada
No puedo pensarme lejos
cuando lo que quiero es estar cerca.
…ya te pierdes en la lluvia
   ya me pierdo yo en el frío
   prefiero pensar que hay bien

   y dejar que duerma el mal…

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