I
Mis sueños nunca han sido
lo que debieran ser.
He optado por los sueños
momentáneos; aquellos que
de tan breves se repiten tanto,
que se visten con lo impaciente
y lo constante de lo eterno.
Yo he mirado sueños
que en realidad son sólo eso:
sueños
y he tenido expectantes y tendidos
sueños, como páginas de lectura
a vuelta cada vez que se
quieran recordar.
De todas estas largas y jugosas
aventuras de mi ser,
está aquel sueño que es secreto,
que quizás
algún día quieto
te lo deje conocer.
II
Primer hecho de la pluma guardada.
Cállame con la fuerza de tu beso,
que suba y me empuje al sueño.
Los sueños me están creciendo,
el esperarte me condena,
el desearte me aniquila.
Toma mi mano
porque el abismo está cerca
y nos está gritando desde lejos.
Muy en el fondo de ti
me esperas;
pero mi camino está desviado
del encuentro contigo.
“Acepto poco, pero entiendo”.
Esta noche es bueno recordar
cómo crecía tu cuerpo junto al mío,
cómo crecíamos en ti,
cómo devorábamos al viento
y los espacios se ensanchaban
tras el beso de lo desconocido
y lo soñado.
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