viernes, 6 de septiembre de 2013

Querer desalmado

¡Oh! que va y que viene,
precipitándose a ras de viento
a razón del movimiento pendular
como una gota de agua en un cilindro.

Viene y va,
que viene cansado de vagar
yéndose que va quedándose
arrumbado sin saltar.

Que va cayendo aquí y allá,
golpeándose, quebrándose,
es un lirio que ha empezado a deshojar.

Viene y va que viene
pero casi siempre se nos va.

El soplo de un arrullo que me toca el cuerpo bien,
espalda, pies, cabeza,
ritos melodiosos del querer;
del querer que ya no vuelve
del que nunca va a volver
del que vuelve y no es el mismo
porque él mismo ya se fue.

Ya no vamos a encontrarlo
ya sabemos que se fue
que se fue sin despedirse
ni siquiera volteó a ver.

Una parte se quedó en el corazón atado
pero al querer desalmado ya pa’ qué lo quiero yo.

Que se quede arrinconado
y que coma de mi piel
que algún día ya le hará daño
porque a un muerto en “todos santos”
sólo así, y a veces ni eso,

es cuando se acuerdan de él.

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