En
los instantes donde
prácticamente
pocas cosas tiene sentido,
flota
entre mis aguas este febril sentimiento hacia ti,
donde
imagino que este recordarte
es
una muestra más de mi absurda necesidad de poseer,
porque
ni siquiera liberarte de mí, puedo.
Ya
mis dedos sangrantes y temblando,
tensan
el arco que aprisiona a la flecha de tu alma,
flecha
destinada al aire, al vuelo,
a la
razón vital de las aves,
a la
esencia de las voces.
No
hay necesidad de retenerte
ni
como dolor ni como anhelo;
que
seguramente te hará bien
recibir
la parte que de ti me había quedado.
Siendo
así; yo pasaré a formar parte
de la
pluma más pequeña del timón que te dirige,
de la
fuerza de tu vuelo,
de la
cima de tus sueños.
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