viernes, 6 de septiembre de 2013

Ante el tornado (la flor y el árbol)

Sh.
Yo me doy cuenta
aunque no lo quieras ver,
que ese viento tranquilo
viene de arremolinarse para verte.
Pretende parecer sencillo y refrescante
         pero yo sé que te busca,
que nos cela, que cuando olemos;
husmea por las maderas y las calles
olfateando como un perro hambriento,
enloquecido por su necesidad.

Yo solamente le perdono el necesitarte.

Pero me aprieta que averigüe sobre nosotros;
que en las panaderías, las escuelas,
las casas vecinas, los abismos,
las carreteras y los edificios;
ande preguntando sobre nuestros besos
que son la felicidad a flor de piel.

Créeme cuando te digo que no es el clima,
sino esta locura del viento,
ésta obsesión que huele a ti.
Créeme que te quiere robar;
yo por eso te tengo así de cerca,
porque luego quiere usar mi voz
para decirte cosas que no son mías.

¿Ves cómo presume sobre mis brazos?
¿Ves cómo arrebata mis cabellos?

Déjame abrazarte por última vez
                   amor
y si quieres dormir cierra tus ojos,
que por eso tienes a este árbol

que gustoso morirá por ti. 

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