jueves, 5 de septiembre de 2013

La flor



Sírvanse a ver la flor;
tan muda y tan con vida,
creciendo en un espacio sin querer.

Sírvanse a ver la flor para burlarse de ella,
para admirarla por su cuerpo de nube,
yo sé que una sonrisa va a nacerles;
pues es una oportunidad de ser feliz.

El tallo doblado,
los pétalos con sed y con pureza;
uno, dos, tres y cuatro
corazones de tu ausencia.

Sírvanse a ver la flor,
que sirve de encomienda
para los tristes y los abandonados
(como el que escribe).

Una pluma, un papel
y un corazón abandonado y triste
(como el que escribe)
bastan para el poema;
uno solo,
pero que sea una verdad irrefutable.

Conozcan a la flor,
conózcanse a sí mismos
y disfrútense sencillamente
como la flor.

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