En
alguna parte de esta tarde húmeda,
se
dibuja tu piel sensible a mi pensamiento,
cercana,
abierta, clara.
Nos
acercamos etéreos, lejanos, inciertos,
(cierren
la ventana para que la naturaleza
siga
siendo).
Asciendes
a mi cama como un felino de suaves líneas,
de
fieras garras, hasta la cúspide de mí, que es tu sien,
tu
nido, tu corona.
Las
aves cambian de rumbo de manera continua.
Tengo
el horizonte frente a mis ojos
y de
manera soñada estás ahí...
amaneciendo.
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