viernes, 6 de septiembre de 2013

Playa de tres

Arena hecha de lágrimas, sudor y anhelos
dibujados en pequeños granos millonarios.
Palomas de mis manos
dotadas de una fortaleza increíble,
protegidas contra vientos y mareas...

Circundan gaviotas blancas, puras
el firmamento de esta imagen tuya
que convoco a fin de ser absolución.

Mi voz eólica permanece imperturbable
para protección de tu inocencia y desamparo.
Mis brazos, rompeolas de la nostalgia y del olvido
favorecen tu calma, tu estancia.
Estoy lleno de peces y de aguas,
de animales heridos, con furia...
Silencio
cangrejos escondidos que comieron sueños.

Demos gracias a los pelícanos vigilantes
de mis ojos imposibles
que vislumbran como un faro enloquecido
la pequeña playa de mi pecho,
esa pequeña playa que te guardo con cariño
playa de ti, playa privada,
playa de ti.

Tres aros de plata perdidos
en un anillo,
como tres únicamente fuimos;
como sólo una fue la vez
que tus labios me dijeron
que me querías.

Y desde entonces vuelvo a ese
rencuentro con tu imagen
que aparece cual sirena en la playa,
nuestra playa;
que a tu partida se quedó
casi desierta.

Ya desde entonces,
cada vez que alguno de nosotros vuelve:

volvemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

De lo inacabado