viernes, 6 de septiembre de 2013

Noche de espera

Venías a mí como una noche jugosa,
plagada de misterios húmedos;
de los pensamientos que acontecen al
caminante cuando observa el paisaje
que brota ante sus ojos incrédulos
y que sabe, únicamente conocerá;
cuando lo atraviese en forma lenta,
tocándolo, asumiendo que lo envuelve,
rodeándolo con sueños mágicos de
gran estatua.

Venías a mí con tu luna roja,
con tus estrellas en las manos
y tus aves nocturnas
(deseando yo un beso antes de dormir);
hablándome de cosas que no entiendo
pero que en tu voz se oyen hermosas,
inexplicablemente bellas
(y yo esperando el beso).

Acogido en los brazos de tu noche
         - perfume de mi piel
         sirena de mi estanque
         perfil de mi sombra
         agua del jardín en el que he estado sembrado-
me dispongo a descansar

esperando el beso. 

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