viernes, 6 de septiembre de 2013

Mi árbol

Las hojas están cayendo sobre el parque
el aire baila lentamente
como no queriendo tocar lo que se mueve.

Estoy parado al centro sobre la niebla
se humedecen mis pies como sangrando
no se intimidan
         mueven los dedos como reconociendo el pasto
                   volviéndose él
advirtiéndome que estoy levantado
que tengo las manos atadas
pero el árbol me pertenece.

Los segundos se derriten sobre la piel del mundo
un espeso vino cae sobre mis labios
se resbala a mi garganta, al pecho, brinca
como la lava, quemándome, quemando.

Tiemblo y aprieto mi árbol desnudo
lo voy a recostar sobre mi espalda
mintiéndome que no pesa, que es ligero.

Voy a acomodarme pecho a tierra
con mi árbol sobre mí

para dormirme.

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