en que los árboles del bosque se mecen en la noche
entregados a su contemplación.
son fieles retratos de mi alma,
de la devoción con que levanto
las cúpulas de mis dedos para tocarte,
de mi aliento acompasado al tuyo en el descanso
nocturno de los cuerpos.
Tu compañía tiene que ver con el ave y el paisaje
que me habitan,
con tu vuelo sensual hasta mí,
para mi abrazo;
con el canto de tu voz cuando me llamas
y me invitas a saber qué estás pensando;
con tu mano dibujándome caricias en la piel.
Tu compañía es la realidad que bajó
del mundo de los sueños,
mi llegada al país que siempre quise conocer,
al manjar jamás probado,
la deleitación completa que me brinda
tan sólo uno de tus besos,
la alegría
mi felicidad…
Verás que con el paso de los días,
el pequeño yo que formo
te renovará su amor continuamente
para saberse digno de ti;
de merecerte.
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