lunes, 2 de diciembre de 2013

Promesa

Ahora que la tarde apremia versos
llenos del calor que irradia,
cuando mi cuerpo tiene la certeza
de estar dedicado a ti,
te escribe.

El tiempo cae en gotas de sí mismo,
desvanece en vapores de segundos
que no tienen la intención de perpetuarse;
mucho he visto ya este paso lento
y varias veces que me he quedado inhabitado.

Preciso es decir que ahora es distinto
que mis horas tienen nombre destinado
como destino tiene el cauce de los ríos,
que mis ojos tienen más de boca sonriendo
que de mundo de noche
y que he decidido
someter mi necedad y mis defectos
en el horno de tu cuerpo claro
para salir curado de mí
sanado de mí
para quererte.

Si he desperdiciado atardeceres,
gastado mi garganta en falsos credos
y puesto mi cuerpo en mil vacíos;
en este sol que va a dormir
te prometo, pues, mi fe
mi esperanza y mi futuro.
Te confieso así mi amor
que es una estrella que solamente luce bien
cuando habita entre los brazos de tu cielo

y que para siempre alumbrará tu corazón.

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