I
Nada viene en este sopor,
el cuerpo baja lento,
los ojos
como quien quiere dormir y
no puede,
las voces de las personas
se sienten lejos,
retumban en pequeños ecos
bajo el ruido del ventilador.
II
Seguro que allá lejos me
están esperando,
seguramente en otro país
hay alguien que se quiere
morir de amor
pero sin tener a quien
culpar.
Incluso habrá quien
todavía
no haya escrito la mejor
frase de su vida
porque aún no ha llegado
su momento.
Seguro que mereces a una
mejor mujer
o a un mejor hombre.
En el tiempo en que una
niña llora,
otra es la más feliz del
mundo,
al mismo tiempo en que
otra muere.
Yo vivo aquí en esta
tierra azul
regada por las lágrimas de
los viudos,
me visto con las hojas del
árbol más cercano
me contagia la risa de la
niña que está en la acera de enfrente
y llevo entre mi saco la
foto de mi familia;
lo que es mío también es
de quien lo quiera conocer.
III
Con este leve sudor
de entre mis manos corto
una flor para el destino,
voy a lavármelas para no
contaminar la cabeza de mi hija,
el rostro de mi mujer.
Hoy es un día sin fiesta
ni motivo para celebrar
y sin embargo, da gusto
tener este calor,
mirar a quien se da
respiración de boca a boca
con un abanico,
ver a la pequeña gota que
resbala por el cuello de un niño que ríe.
No basta más que abrir los
ojos
para inhalar a la vida,
que aunque uno quede
quieto
van a llegar las
maravillas de la naturaleza,
vas a cambiar
te vas a ir
vas a viajar tan rápidamente…
Mejor levántate, respira
y elige ir a algún lugar
donde te quieran.
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