jueves, 26 de diciembre de 2013

Sopor de huida

I
Nada viene en este sopor,
el cuerpo baja lento,
los ojos
como quien quiere dormir y no puede,
las voces de las personas se sienten lejos,
retumban en pequeños ecos
bajo el ruido del ventilador.

II
Seguro que allá lejos me están esperando,
seguramente en otro país
hay alguien que se quiere morir de amor
pero sin tener a quien culpar.
Incluso habrá quien todavía
no haya escrito la mejor frase de su vida
porque aún no ha llegado su momento.

Seguro que mereces a una mejor mujer
o a un mejor hombre.
En el tiempo en que una niña llora,
otra es la más feliz del mundo,
al mismo tiempo en que otra muere.

Yo vivo aquí en esta tierra azul
regada por las lágrimas de los viudos,
me visto con las hojas del árbol más cercano
me contagia la risa de la niña que está en la acera de enfrente
y llevo entre mi saco la foto de mi familia;
lo que es mío también es de quien lo quiera conocer.

III
Con este leve sudor
de entre mis manos corto una flor para el destino,
voy a lavármelas para no contaminar la cabeza de mi hija,
el rostro de mi mujer.
Hoy es un día sin fiesta ni motivo para celebrar
y sin embargo, da gusto tener este calor,
mirar a quien se da respiración de boca a boca
con un abanico,
ver a la pequeña gota que resbala por el cuello de un niño que ríe.
No basta más que abrir los ojos
para inhalar a la vida,
que aunque uno quede quieto
van a llegar las maravillas de la naturaleza,
vas a cambiar
te vas a ir
vas a viajar tan rápidamente…

Mejor levántate, respira

y elige ir a algún lugar donde te quieran.

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