viernes, 25 de octubre de 2013

El gusto de volver a verte

El gusto de volver a verte
pareciera ser innombrable,
tiene júbilo de fiesta
y maravilla de descubrimiento.

Acercándote con tu cabello hermoso
y tu rostro al descubierto
vas avanzando y haciendo
más feliz esta certeza  de volver a verte.

Bella,
aire de bienvenida
tu voz es la canción que más me gusta.
Ninguna fotografía se asemejará a ti
de cerca,
porque tu presencia es el mejor sabor
que se le pudo haber ofrecido
a este gusto de volver a verte.

Verte,
es el eco de ti
y el verbo te incluye en su conjugación
para cobrar nuevo significado:
la acción se realiza porque existes
del mismo modo en que yo me regocijo
con el mundo
por el gusto de volver a verte.

Verte es descubrir todo el sendero
que va de mi playa hasta tu amanecer
es celebrar, después de la sequía,
que llegan las primeras lluvias.
Tener la respuesta
a una vocación tan añorada
comprobar que los primeros trazos
formarán la casa que imagina un arquitecto
es sentir la respiración de la otra persona
antes del beso.
Es ver la luz del día
en la ventana de aquel
que siempre se rehusará a morir...

Pero ahora que lo pienso
me gustaría dejar de verte,
para tener de nuevo

el gusto de volver a verte.

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