Voy a apretar mis manos para que callen
el inmenso dolor de su estructura.
Voy callar mis manos para que no te digan nunca
lo que mi corazón les canta en su latir.
Hoy ha pasado mucho tiempo sin tu beso,
hoy han pasado huracanes sin tu nombre
pero arrasando con todo lo que a su paso encuentran.
Me pienso retirar. No porque quiera.
A veces es mejor observar a las flores, que tenerlas
en un pasillo para uno.
A veces también se me acaban las fuerzas
y no tengo nada qué decir.
Voy a apretar mis manos para que callen;
que hueso y músculo no sirvan más
que para ejercer su propio movimiento,
para que suene la guitarra bajo el temblor de sus
acordes,
para que la espera no les canse en desespero.
Hoy voy a apretar mi corazón
para que mis manos callen.
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