jueves, 30 de enero de 2014

Uno

Uno tiene frío y no duerme.
Uno lleva la verdad bajo la sábana,
se tapa con la cobija de la noche
pero no duerme.

El paraíso se guarda en una bola de cristal
en un souvenir que queda inmóvil con el tiempo
hasta que alguien llega, lo agita
y la vida vuelve a su lugar.

Uno es el hijo de la presa que desborda
del canal que todas las tierras moja
de la flor de león
que explota entre las palmas al aire.

Uno puede tener cara de bueno
y a veces
hasta serlo en realidad.

Uno puede ser feliz verdaderamente
porque la felicidad no es una meta terminal
sino un estado repetible de olas marinas
sucesivo, asequible.

Uno espera el mejor momento:
lo repite para sí
lo guarda día con día;
pero el mejor momento es este
para sonreír, para enamorarse, para agradecer.
Es éste y nada más.

Uno debe crecer:
crecer es el primer paso para tener.

Uno debe sentir:
sentir es el primer paso para amar.

Uno debe reconocer:

y entonces, reconocerse será el primer paso para ser. 

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