viernes, 20 de diciembre de 2024

De lo inacabado


A un año, mami.
I
Miro los proyectos inacabados de tus tejidos,
yo mismo soy uno de ellos,
me falta la terminación de tu puntada,
el bordado preciso,
el doblez de tu mano suave y tibia
nunca apresurada.
 
Soy la foto que ya no volviste a sostener
la pulsera y el collar que no cuelgan en ti
la pashmina que a nadie cubre del frío
y que mucho menos combina con ningún atuendo.
 
Soy el perfume que viaja en el aire sin tu cuerpo,
el beso que se difumina sin contacto
el atardecer que nadie mira
y la ola que nadie oye.
 
Sin hojear, soy tu revista;
la chambrita que nadie pedirá,
el estambre que jamás encontrará su nuevo suéter,
esa taza de café sobre una mesa en la que nadie se sienta.
 
 
II
Qué suave, qué dócil tu partida,
como los espirales que rompen la velocidad del agua,
menos veloz, mejor caudal;
plácidamente bajas a través de la escalera del agua de la Alhambra
y yo pienso en qué prontitud de la ingeniería,
qué hábito de buscar el sonido acuático en el hogar.
(Si bajaras en la noche sin luz,
escucharías el cauce que oxigena,
el desacelere enigmático del pliegue que se logró).
No tropezarás, te lo aseguro mamá.
Tú serás el agua y el sonido,
yo seré el ciego que sin luz te escucha,
quién se guía por tu murmullo,
el candil que persigue tu luz,
el respiro de quien ve el destello al fondo del aprisionamiento,
la visión de quien percibe el futuro,
la fascinación del niño que descubre el caminar,
la voluntad de tus nietas que -como buenas mujeres de tu estirpe-
siguen adelante pese a todo.
Con tu empeño y tu inteligencia,
con tu trato decente y cariñoso
fortaleciendo su raíz como la orquídea:
ciñéndose a su árbol que eres tú.
 

sábado, 20 de abril de 2024

Cuatro meses






Cuatro meses.



Mami:
Pienso en ti para tomar la foto del árbol
que tanto te gustaba ver que floreciera
(así como tu cariño por esas siete ramas
que brotaron de ti y de papá).

Con la proporción de los anillos de amor de un tronco,
pesabas en corazón lo que tu cuerpo inerte.

Si estamos bien, no es que seamos fuertes ni no nos duela.
Si estamos bien es gracias a tu forma de querernos,
de educarnos, de estar ahí para nosotros,
pero sobretodo porque vimos actuar a tu gran corazón,
a tu generosidad, a tu mirada comprensiva y cariñosa,
a tu inclinación por ayudar sin dudas ni preguntas,
a tu vocación por hacer el bien, por lo correcto.

Que sirva tu recuerdo para por lo menos intentar
parecernos a ti, un poco cada día.

“Un poco, casi nada”.



martes, 19 de diciembre de 2023

El sacrificio de la gota

 

A mi madre.

Una cae a la fortuna del viento y sus corrientes,
en el más profundo sentido de la valentía.
Aprieta sus moléculas para no romperse
sin que importe la altura o la distancia.

En alguna esquina de su pecho
se dibuja un arcoiris diminuto
del que se llena en su misión predestinada.
Es lo que lleva en sus adentros
lo que le da la fuerza necesaria en su descenso,
que no la gravedad ni los buenos deseos.

Es ella quien rompe el aire como flecha,
de la que nace el sonido en su bajada.
Es ella, húmedo alimento de la tierra y de la vida,
es ella la que trae su milenaria historia en su destello
cuando el sol le atraviesa el alma con su rayo.

Es ella el principio,
es aviso y bendición,
matutino rocío cuyo hielo al derretirse deja su enseñanza;
niebla en el riscoque al abrirse, maravilla.
Vapor que alaspirarse, regenera
calor que inunde, hogar que te rodea
hielo que atesora todas la fechas de sus hijos y sus nietos.

Es ella la que une a los caudales,
la que da la serena tranquilidad al lago,
la que al unirse con sus hermanas sacia
el árido desierto de este mundo.

Es ella la que lava los pasados,
la que forma el torrente y la cascada,
la que inspira las notas más profundas del canto de los ríos.

Es ella y sólo ella,
la que humedece el rostro con la ternura del beso familiar,
la que acaricia tan solo con estar en su presencia,
la que traslada en su toque a las orejas
todos los secretos y palabras de aliento
que han depositado en ella nuestros muertos.

Es ella. Siempre ha sido ella
el refugio fundador de toda vida.

viernes, 25 de noviembre de 2022

En algún lugar


Para Everardo, mi hermano.

We're on our way home
We're going home
The Beatles 
En algún lugar hay una caja con tus fotos
los libros que leímos
los cuartos donde compartimos la infancia
las paredes que adornamos de posters
la fiesta en que nos vistieron de vaqueros
las noches que pasamos en el Correcaminos jugando maquinitas.
 
Están también
los lápices con los que me enseñaste a dibujar
el hospital en que visitamos a papá cuando su accidente
el autobús para ir a la escuela y la manera
en que aferrarse a tu mochila era no perdernos
el árbol de casa de la abuela
el rifle de diávolos de mi tío
los caminos que suben al cerro de la Orduña
los cuadernillos que imprimiste con las letras de los Beatles
el piso en que me enseñaste a tocar guitarra
tus contados pero entrañables amigos
tu voz en el Juanote
las canciones que hicimos con Rafa
el cabello largo, alguna lágrima.
 
En ese lugar se observan
las tardes de cuidar a los hermanos más pequeños
el resonar de las zapatillas de mamá al llegar al Infona
la leche que se nos quemó por ver la tele
las bicicletas y las revistas que leías
la cancha de frontón y de básquet
tus buenas calificaciones
las madres preguntando por qué no podía parecerme un poco más a ti
la prepa y los rumbos que en nuestra vida tomamos
los tantos triunfos que en tu carrera has tenido
tú en la boda, tú de papá, tú en tantos países
tú con los movimientos de mi tío Miguel
tú siendo el hermano que el Pato siempre quiso tener
tú manejando, resolviendo cosas
entrecerrando los ojos como solo tú lo sabes hacer
tú serio, inteligente, compartido, generoso,
con el alma serena
tú mi hermano mayor, mi cimiento.
 
En ese lugar del que hablo
tú y yo siempre podremos encontrarnos
digamos que es nuestro jardín
digamos que será nuestro hogar.
 
 


martes, 12 de octubre de 2021

A 30 años



Con la misma devoción con que se eligen las flores y adornos del altar, 

las fotos que lucen, la ofrenda más simbólica.

Con la profundidad del rezo más íntimo, 

a la elección de las palabras precisas

para tocar el campo y mirar al cielo.

Con la intensidad de la lágrima cuando se sufrió la pérdida, 

cuando la despedida; 

y el grito eufórico ante la victoria. 

Con la mirada tranquila decidiendo con qué adentrarse al inexorable día a día, 

al futuro, al siguiente partido.


Si no se pueden oír las voces, las carcajadas, las bromas. 

Si no se pueden los abrazos y los besos, 

si en algún mal sueño se disipan los recuerdos. 

Si no hay otra forma de tenerte, de acercarme a ti, 

entonces que sea pisando el pasto al persignarme, 

el mismo que pisaste para entrar al campo, a los sueños.

Si los altares, ni los besos hacia arriba, al aire, al infinito. 

Si ni los tatuajes alcanzan...


Se buscarán otras pieles, otros escudos, 

otros rosarios, otros rezos y otras maneras de recordar a nuestros fallecidos... 

incluso en la manga del uniforme de fútbol de nuestro equipo.


miércoles, 2 de junio de 2021

De ahí



Tras de mí viene el tiempo 

y el aire que todo erosiona,

llevando, trayendo a placer hojas y recuerdos;

despedidas, saludos, bienvenidas. 


De lo intangible es que se alimenta el alma,

de los abrazos pendientes,

de la furtiva esperanza del reencuentro,

del hijo por nacer,

de la historia por contar, 

del viaje por hacer,

del sueño por cumplir. 


También resguarda celosamente su pasado,

custodia de sí misma 

atesora las palabras, las sonrisas,

las formas de servirse una cerveza, 

los inconfundibles gestos con que se 

recuerda el rostro de nuestros muertos,

las mentadas de madre, 

las canciones de las que se dice: “esa le gustaba…”;

las formas de bailar, el caminar distintivo,

los acomodos al dormir, 

el idioma propio de las manos,

los saludos especiales para cada uno,

las miradas que inevitablemente, 

algo dicen.


En ese espacio se protege

lo mejor de cada uno de nosotros: 

la esencia de lo que nos hace llorar

los gestos que imitamos para no olvidar

lo que nos hace cantar y escribir 

las palabras y frases que se dicen con la única intención

de recordar a alguien.


Ahí es nuestro origen

ahí nos encontramos

de ahí la fuerza

de ahí el futuro.

sábado, 7 de diciembre de 2019

Balada para José



“Él sabe a dónde llega.. por eso nos eligió”.
David Eduardo E.
I
Llegaste tan de sorpresa
pequeño,
abrazabas mi pulgar con tus manos diminutas
mientras te llenábamos de besos en la voz
durante el mes que fue tu casa el hospital.

II
Dos años sin una línea, sin el verso trepidante,
con la mente disfrutando de tu vida.
Cómo no amar el cabello, la piel,
el hoyuelo que me trae la sonrisa de tu abuelo
o la honesta carcajada en que me envuelves
cuando juegas y te vas corriendo a que te encuentre.

Lo fascinante de la vida son las sorpresas
que nos tiene preparadas a la vuelta de la esquina,
al apretar los ojos para ver entre la niebla
y descubrir ese misterio que rodea.

Qué noble, qué íntima y qué delicada
es la enseñanza entre padres e hijos
porque es de ida y de vuelta;
ambos crecen,
ambos se regalan,
se saben,
se aprenden
se aman.

III
Es fuerte la emoción con que te escribo
porque he sido testigo también de tus tres hermanas,
ustedes son la realidad que me despierta
y me permite bendecir cada mañana.

Ya tengo que terminar estos versos
porque es tu voz la que me llama para el juego
con esa urgencia de que el mundo se acabara
y es imposible que me pierda yo la cita
que para verte crecer y ser feliz,
vamos! Tu padre te acompaña.

De lo inacabado