miércoles, 1 de noviembre de 2017

Noviembre



Me dice muy poco mientras limpiamos tu tumba
pero no cabe duda que te extraña con todas su fuerzas.
Hoy no tiene “historia” para ti,
su cariño intacto al paso del tiempo
se va dando en esos abrazos sinceros que sólo él nos ofrece .

Brinda conmigo por ti
mientras nos sentamos en el cementerio a pensarte.
Te buscamos en el cielo;
adivinar en qué nube, en qué atardecer,
en qué noche, en el resplandor de qué luna…

Dejamos limpia la tumba,
acariciamos la arena con las manos;
no te tocamos, es cierto,
pero es la ternura la que obliga.

Bajamos del cementerio,
con él me acompañan todos mis hermanos,
que sé, 
hubieran querido estar ahí.

Platicamos un poco
y te extrañamos mucho;
mencionamos tu nombre en voz alta,
qué tal y en una de ésas,
te nos apareces.

sábado, 3 de junio de 2017

Me visitas


En la barba partida de mis hermanos y de mis hijas,
cuando al volante miro montañas, paisajes, interminable asfalto,
la libertad en el seguir, en el continuar, en el porvenir.

Con tu cabello gris y tus manos frías,
con tu sonrisa,
respirando junto a mí como una mariposa que aletea;
mientras un tarro de cerveza levanto,
cuando pienso en que los niños de la familia
no tendrán la oportunidad de conocerte
(aunque tu recuerdo conozca demasiado bien el camino
para salir siempre en nuestras pláticas).

Cuando pienso en las cosas que he hecho
y en las tantas en que estuviste a mi lado,
las muchas en que me faltaste
y las que ya no podré contarle a tu mirada.

Aunque cueste seguir la vida con tu ausencia
siempre recuerdo tu entereza para continuar
(pienso en tu accidente y en cómo pudiste
ir hacia adelante con tus siete hijos y mi madre,
-a quien tan sólo pensar en escribirle algo
me pone al borde del llanto-)
que me parece, ha sido tu mejor regalo y enseñanza.

Así me visitas,
fugaz estrella
día que pasa
lluvia temporal
pensamiento
lugar de mis recuerdos
niñez que te reclama
abrazo a la distancia
sueño que sueño
padre mío
vida que me diste.


De lo inacabado